La pérdida de pelo siempre es motivo de preocupación, pero no todos los pacientes con pérdida de pelo son candidatos a un injerto capilar.
Desde el punto de vista estrictamente médico, para ser candidato a un trasplante capilar el paciente debe llevar perdiendo pelo durante 5 años o más, o debe encontrarse en fase III o superior en la escala de Hamilton dentro del contexto de una alopecia androgenética o calvicie común.
Igualmente, desde un punto de vista médico, pero teniendo en cuenta las expectativas de resultado del paciente, para ser candidato, es importante saber que el trasplante de pelo no es un tratamiento curativo en sí mismo, y hay pacientes en los que su pérdida de cabello puede seguir progresando después del trasplante de pelo, por lo que pueden necesitar seguir con tratamiento para evitar en lo posible esta progresión. Por otro lado, aunque la alopecia se encuentre estable, el paciente candidato de una grado avanzado de calvicie, por razones lógicas, no dispone de la suficiente densidad donante de folículos, por lo que, debe entender las limitaciones en el resultado de un trasplante capilar en su caso.
En cuanto a la edad, la franja es muy ancha ya que va desde los 20 años hasta los 80 años, aunque el candidato ideal se encuentra a partir de los 30 años ya que se puede empezar a prever la evolución de una futura calvicie.
También son candidatos a realizarse un injerto capilar pacientes que hayan perdido pelo por cicatrices quirúrgicas (liftings, por ejemplo) o por traumatismos, accidentes y/o quemaduras. También pueden realizarse un trasplante de pelo en pérdidas de pelo en cejas, pubis, barba y tórax.
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